miércoles, 20 de julio de 2016

Bajo La Grietas (creepypasta)






puedes ESCUCHAR la historia en: https://www.youtube.com/watch?v=5hILecWfg-Q (a partir del: 27/07/2016)





Sin duda alguna la vida es algo complejo, y su importancia es algo de cuestionarse en cualquier momento.
Desde que esto comenzó no tienes ni idea de cuantas veces me he preguntado lo que es la justicia, lo que es lo correcto, y creo que hasta el momento no encontrado respuesta. 
Si la muerte de una persona puede salvar cientos de vidas, lo correcto sería optar por esa muerte, ¿no es así?... pero, ¿Qué hay de quien ha tomado su vida? ¿Qué derecho tiene aquella persona de tomar la vida de alguien más?
Me pregunto qué es lo que el sentía… seguramente fue horrible el ver aquellas cosas hostigándolo, incitándolo… sin duda alguna no me hubiera gustado estar en su lugar, pero… ya no hay nada que hacer… ya todo ha terminado…  
- Ellos, ellos quieren lastimarme, ellos…
Ellos, ellos quieren lastimarme, ellos… (No dejaba de decir el trastornado chico sosteniendo sus piernas entre sus brazos, y en su mano derecha aquel collar de oro)
- ¿Quiénes quieren lastimarte Axel? (pregunté intrigada por el repentino cambio de actitud del joven)
- Ellos… quienes nos observan… 
- ¿Ellos son malos?
- Algunos sí.
- Los que si quieren lastimarte, ¿Qué es lo que te dicen? 
- Me dicen que haga cosas horribles… 
- Cosas… ¿Cómo qué?
- Cosas como… lastimar a personas… 
- ¿Dónde están ellos? ¿están aquí ahora?
- Si, lo están, están en todas partes… están escondidos…
- ¿Dónde se esconden Axel?
- (el joven se levantó y dijo apuntando hacia el suelo) bajo las grietas…

Axel Álister era un joven brillante en sus momentos de lucidez, pero cuando su esquizofrenia llegaba a tope era incluso difícil no temer a lo que él decía o hacía…
Aquel día, él se comportaba histéricamente como nunca antes, y la única forma de calmarlo fue haciéndole esa promesa…
- No entiendo qué clase de Psicoterapeuta asesina a su propio paciente. 
(La mujer permaneció callada en aquella silla)
- ¿no piensa decir nada en su defensa?
- Detective… (alegó la mujer levantando la mirada pero sin ver a ningún lugar) ¿desde cuándo la palabra de una simple civil es de mayor contundencia que las pruebas en su contra?
- ¿eso significa que se está declarando culpable por el asesinato de Axel Álister?
- Significa que no diré nada más.
- Entiendo… Meyer, llévala de aquí.
- De acuerdo Dylan (respondió el compañero del detective mientras se acercaba suavemente a la mujer)
- ¿Usted (dijo Ani cambiando el que hasta ahora aparentaba ser un temperamento excesivamente calmado, por una actitud neurótica) dijo que él era Dylan? ¿Dylan White?
- Si, (respondió Meyer) ese es el nombre de mi compañero, ¿Qué hay con ello?
- Eso significa que…  (tras haber tranquilizado su respiración la mujer continuó diciendo) si, sin duda alguna es usted, dígame detective, ¿Qué le sucedió al compañero que tenía cuando llevó el caso de mi sobrino?
- ¿su sobrino? (respondió White sumamente extrañado)
- Si, Justin Thomson. 
- El… está muerto (tras decir aquello último Dylan salió de la habitación, e inmediatamente lo siguió su compañero, en ese momento Ani intentó disculparse por el error cometido)
- Lo, lo lamento, no tenía ni idea… 
- No se preocupe, él estará bien, (estando a punto de retirarse el detective Meyer dio media vuelta y le dijo nuevamente a la mujer) aunque no creo que sea necesario, pienso que lo mejor es recordarte que no hay forma de escapar, está completamente rodeada de policías. 
- Tiene razón, no es necesario.

Me pregunto… (Comenzó a decirse a sí misma la mujer cuyas manos aún estaban empapadas de sangre y mientras a su vez sacaba de su bolsillo una pila de cartas) me pregunto… porque he llegado hasta este punto… 
Cuando lo conocí nunca hubiera pasado por mi mente que todo esto sucedería, Axel se veía bastante grave, pero yo… yo me creía lo suficiente como para poder con su caso y peores, sin embargo, nunca imaginé que llegaría a este extremo…

- Si, pasa, ¿Cuál es tu nombre? (ese fue el primer día que sus padres lo llevaron conmigo) 
- Me llamo… Axel (se notaba algo nervioso, y sobre todo tímido, vaya que eso me causó ternura)
- ¿Axel? Qué lindo nombre… pero ven, no seas tímido… 
(Era más que notorio que no estaba seguro de querer pasar, pero al mirar a sus padres tras de él, aparentemente pudo encontrar la confianza que necesitaba) 
Ven, toma asiento (tras sentarse frente a mí, yo le continué diciendo) ¿sabes por qué estás aquí?
- Si, por que… porque tengo pesadillas… 
- ¿Qué tipo de pesadillas? (tras esa pregunta el permaneció callado) 


- ¿y no quieres presentarme con él?
- No, a él no le gustan las personas (sus palabras eran perturbadoras, todo lo contrario a su voz alegre y tranquila) 
- Ya veo… y me imagino que no se quiere ir…
- Si, quiere quedarse.
- Bueno, eso significa que la sesión de hoy será junto con él, no hay problema con eso, ¿verdad Axel? 
- No, no hay problema, sigue Ani. 

Cada día, cada sesión era algo completamente nuevo con él, era una nueva historia, un nuevo delirio… lo que para algunas personas puede ser solo un niño con mucha imaginación, para sus padres y para mí era alguien que necesitaba ayuda, y como era de esperarse, al poco tiempo lo terminé medicando, era muy difícil explicarle al niño tan joven la situación en la que se encontraba, ¿tu cómo le dirías a alguien que gran parte de lo que cree, de lo que ha visto, de lo que escucha; no es más que una mentira? ¿Cómo le dices a una persona que esta trastornada?

Sin duda alguna había algo muy peculiar en el… algo que nunca había notado en ningún otro paciente, o al menos no en uno de tan temprana edad… pero no era de extrañarse, siendo que sus padres eran católicos sin remedio, incluso consideraron mucho antes la posibilidad de exorcizarlo que el traerlo con un profesional que lo tratara; él, Axel siempre cargaba consigo una cruz de oro, y no había una sola vez que al hablar sobre sus temores o sus delirios en que aquel objeto no se encontrara entre sus manos, era como si de cierto modo él aun fuera consciente de su realidad, y a decir verdad, la sujetaba con tal fuerza que pareciera que el  mundo entero pendiera de ella, que al soltarla todo lo que conociera se derrumbaría…


- Bien, (dijo el detective Dylan White entrando en la habitación e interrumpiendo los pensamientos de la mujer) es tiempo de que la traslademos. 
- Entiendo. 
- ¿no tiene nada que decir?; le recuerdo que esta es la última oportunidad que tiene para defenderse.
- Sí, tengo algo que decir… 
- Entonces adelante (el detective tomó asiento, y tras de ello la mujer continuó diciendo) 
- Lo lamento.
- ¿Qué cosa?
- Lo de su compañero. 

Tras aquello último la mujer transcurrió por varios lugares y procesos, para finalmente terminar fichada, y… por algún motivo ella nunca dijo nada, nunca replicó, tras haber hablado con Meyer y White no dijo nada más con ninguna persona, sino hasta llegar a su celda.

- ¿Por qué estás tú aquí? (le preguntó su compañera) 
- (recostándose en su cama, y con una mirada perdida, la mujer respondió) por cumplir una promesa.
- Una promesa, ¿acaso alguna de asesinar a alguien?
(La mujer tan solo permaneció callada)

Si, sin duda alguna él era todo un reto, los síntomas eran más que evidentes y únicamente los medicamentos no eran suficientes para controlarlos, incluso recibiendo dosis no aptas para su edad, incluso no era suficiente. 
Un día, de entre todos sus delirios algo que estaba muy por lejos de lo que esperaba sucedió, no sé cómo explicarlo, pero fue como si al menos por un momento, y aún perdido entre sus alucinaciones fuera hasta cierto punto consiente de su realidad.

- Muy bien Axel, has hecho un buen trabajo hasta ahora, solo dos pruebas más y ya podrás ir a casa. 
- Por favor, Ani… 
- Si, ¿Qué sucede?
- Yo… no quiero….
- ¿las pruebas?
- No, yo no quiero lastimar personas… 

Axel sujetaba su mano con tal furia que era imposible no sentir su dolor, incluso creo que llegó a autolesionarse en aquel momento… esa fue la última vez en que puedo asegurar que aquel chico, Axel Álister, era totalmente consiente de lo que decía, o al menos en esas líneas era así… desde aquel 29 de mayo su salud comenzó a deteriorarse progresivamente, y aún más extraño que eso, es que, sus múltiples alucinaciones desaparecieron para ser sustituidas por un solo delirio, por algún motivo, aquel joven creía que bajo el suelo, bajo las grietas del suelo habitaba alguien, habitaba algo que quería lastimarlo, y a otras personas… sin duda alguna era la alucinación más aterradora, perversa y elaborada que había visto, incluso en ocasiones llegué a creer lo que él decía, lo llegué a creer aun siendo consiente que él padecía de esquizofrenia.

Estoy segura que con un poco más de tiempo hubiera bastado, por ello, cuando él tuvo que mudarse de ciudad me temía que su recuperación fuera negada en su totalidad, que no se abriera a una persona como lo había hecho conmigo...

- Ani…
- Si, lo se Álister… 
- ¿Eso significa que…?
- Es lo que me temo (él bajó la mirada y pude sentir su dolor tras esos vacíos ojos, vacíos desde hace tiempo ya) pero no tienes de que preocuparte (continué diciendo) podemos seguir en contacto.
- ¿Cómo?
- Bueno… tú no puedes tener redes sociales por tu estado, pero… podríamos comunicarnos por medio de carta.
- ¿carta?
- ¿nunca has escrito una?
- A decir verdad, no.
- Venga, no es tan difícil, les daré a tus padres todo lo que tú necesitas saber para escribir y enviar una carta. 
- Está bien. (sin decir nada más y conteniendo sus lágrimas, el joven trastornado salió de aquella habitación, rumbo a su auto preparado para todo aquello que le deparara en su nuevo país)

Desde ese 30 de junio, pasó un mes para que su primera carta llegara a mí, y el 31 de julio la abrí con gran alegría, pero lo de su interior no me fue tan satisfactorio…

8 de julio 2019

Hola querida doctora…
No sé cuándo esta carta llegue a sus manos, pero me es de bastar con que llegue a usted, por otra parte, no tengo mucho que decir, usted fue una gran doctora, creo que ya estoy completamente curado, incluso mis padres opinan lo mismo, y estamos felices por ello, aún recuerdo cuando tenía todas esas alucinaciones, y aquello ahora se ve tan lejano… 
Un gusto hablar con usted Ani, espero su pronta respuesta.

Atte. Su enamorado secreto. 


29 de julio 2019  

Hola doctora…

Ya ha pasado tiempo y no he tenido respuesta, me pregunto si habrá recibido mi primera carta, siendo que esta segunda no es más que un intento desesperado por tener respuesta, y bueno…por qué no, también de avisarle que me encuentro bien.
Al igual que en la vez anterior no hay mucho que decir, usted cambió mi vida, y realmente se lo agradezco, incluso he llegado a conocer a una chica muy hermosa en el colegio, cosa que antes nunca había ni imaginado que podría hacer.

Espero nuevamente su pronta y pertinente respuesta 

Atte. Su paciente favorito 


19 de agosto 2019 

Hola….

He recibido su carta y me ha tomado por sorpresa lo exaltada que se notaba, tal parece que las cartas tardan más tiempo en llegar de lo que yo pensaba, incluso lo más probable es que la segunda ya venga en camino. 
Si lo que dice su carta es verdad entonces creo que toda aquella ilusión y felicidad que sentí tiempo atrás no es más que una mentira…
Buscaré ayuda lo antes posible.
Pd: lamento que mis cartas no tengan mucho contenido, pero la verdad es que no hay mucho que decir… 

Espero que algún día nos volvamos a ver, pero lo más probable es que nunca sea así. 

Atte. Axel Álister 


Pareciera superficialmente que el chico se encontraba en perfecto estado, pero la forma en que hablaba y se refería a mí, no eran las que el habituaba, mas parecía que alguien le dijera que es lo que tenía que escribir, pero al no tener pruebas de ello, así que, sin evasión alguna del tema, en una carta le pregunté, entre otras cosas – Axel, dime la verdad ¿Qué es lo que sucede?, ¿en verdad… en verdad eres Axel?- pero antes de tener la respuesta a aquellas preguntas, recibí una segunda carta enviada antes de que la mía fuera recibida, dicha carta decía: 



26 de agosto 2019

¿Qué tal?

Sé que no ha pasado mucho desde que escribí esa última carta, pero, viendo que usted insiste en preocuparse excesivamente por mí, no tengo más que seguir escribiendo. 
Afortunadamente, ya he conseguido ayuda en este país, y a decir verdad no me ha costado mucho, el consultorio se encuentra apenas a unas cuantas calles, así que… no le veo caso a que esta relación entre usted y yo continúe doctora Thomson.
No se lo tome a mal, pero creo que de hoy en adelante tengo que seguir por mí mismo. 

Esto no es un hasta pronto, sino un hasta nunca

Atte. El extraño sin nombre



Tras de esa última carta y por el contenido de la siguiente recibida llegué a la conclusión que aquella carta en donde yo le planteaba a él joven todas aquellas cuestiones ya la había recibido, sin embargo, había algo diferente en esta carta, estaba escrita pésimamente cosa que no era habitual en él y mucho menos similar con las cartas anteriores.
Tras leerla mi primera reacción fue tirar aquel papel al cesto, pero no mucho después de hecho aquello, recordé una de las muchas charlas que entablé con el joven durante las tantas consultas.

- Ani…ayer estaba leyendo un libro 
- ¿encontraste algo especial en él? (dije dejando por lado mis anotaciones y poniendo solo atención en las palabras del chico) 
- Si, una línea del personaje principal. 
- ¿Te gustaría repetirla?
- Por supuesto… “ocultar algo no implica esconderlo a la vista de todos, si no, de aquellos que no tienen ojos para verlo” ¿Qué opina de eso doctora? 
- Que es algo bastante poético por más simple que parezca.
- Fue justamente lo mismo que pensé yo.  

16 de septiembre 2019


Na necesity su ayudd, a tae parecl qum ustee nt li quiere entenden, ahore alguien mác se harr carga dd mo, entiéndaly dm une veo, 
Nb tienl ni lg menoa idea de cuánts mc alegraríi yb ni recibir ningunt máe dn sue histéricac cartae

Parecs qui quiet necesito ayuda en alguiei má


A mi parecer, lo que la carta en verdad quería decir, era – no necesito su ayuda, y tal parece que usted no lo quiere entender, ahora alguien más se hará cargo de mí, entiéndalo de una vez. No tiene ni la menor idea de cuánto me alegraría ya no recibir ninguna de sus histéricas cartas. Parece que quien necesita ayuda es alguien más- pero… la cuestión en ese momento era las letras al final de la mayoría de palabras…
No tardé mucho en tomar lápiz y papel con intenciones de descifrar el mensaje oculto que en aquel texto se encontrara, pero eso no fue necesario, con tan solo leer la carta por segunda vez me fue más que suficiente, pero, lo que el mensaje decía… 


Ayuda, él me tiene encerrado y me obliga a escribir, te necesito Ani.


En su momento, una serie de cuestiones inundaron mi cabeza -¿Quién era el que lo encerró? ¿De qué forma y por qué lo obligaba a escribir? ¿Qué podría hacer yo para ayudarlo? ¿Qué tanto se ha deteriorado su estado mental? ¿Por qué ha logrado poner aquel mensaje sin que aquella otra persona lo notara?- la respuesta más lógica a varias de las preguntas llegó en poco tiempo, pero la respuesta a las preguntas que en verdad importaban era una completa incógnita para mí, y en cambio, sabía perfectamente cómo y dónde encontrarlas, o mejor dicho, con quien…

A la siguiente mañana, rumbo al consultorio entregué la carta escrita la noche anterior para su posterior envío. 
Solo quedaba esperar la respuesta 

La tranquilidad de la celda en donde se encontraban Ani y su actual compañera fue interrumpida por el llegar de dos personas, por los tíos de Axel 







- Usted merece estar aquí (dijo el hombre con una mirada de desprecio) 
- Confiábamos en usted (comenzó a decir la tía a manera de reproche)  ¿Por qué lo hizo?
¿Por qué asesinó a su familia? (cuando ambos estaban por retirarse, la mujer se dignó a levantarse de la cama y a finalmente hablar sobre lo sucedido)
- Yo asesiné a Axel, eso es verdad (tras escuchar eso ambos se detuvieron) pero que les quede claro que no fui yo quien asesinó a su madre y padre.
- Entonces… (preguntó la mujer corriendo lágrimas, mientras que la compañera de cela de Ani permaneció callada limitándose a solo observar lo que sucedía) ¿Quién fue? 
- Véanlo por ustedes mismos, Johana, Táison, en mi casa, en una caja bajo las escaleras se encuentran todas las pruebas.
- ¿pruebas? (preguntó algo desconcertado Táison Álister) ¿si existen pruebas por que no se las mostró a la policía? 
(La mujer nuevamente cayó, fue como si en ningún momento hubiera hablado)




14 de octubre 2019


Hola doctora, lamento el incidente ocurrido, todo ha sido a causa de un descuido, y creo que en este momento ya no sirve de nada decir que ha sido un simple error, creo no tiene sentido afirmar que aquella carta no ocultaba nada, y mucho menos hacerle creer que está equivocada, y a decir verdad hay algo que debe saber lo antes posible, su paciente, Axel Álister, ya se encuentra muerto, y será mejor que deje de molestarme a mí. 
Lo que de hoy en adelante suceda ya no es de su incumbencia. 

Atte. El asesino solitario



Escribí una respuesta a aquella última carta con la última esperanza de poder hablar una vez más con Axel sin embargo, pasaron meses para tener respuesta alguna, incluso tomando en cuenta en el tiempo que tardaban en llegar a su destino lo que tuve que esperar fue excesivo.
Incluso llegué a pensar que el no escribiría más, sino, hasta aquel 27 de enero, tras llegar a la casa, caída ya la noche vi el buzón repleto de cartas, y en el fondo sabía que no eran ni pagos ni mis familiares, si no todas de Álister… 
Desesperada tomé el puñado de cartas, pero antes de entrar a la casa el cartero que pasaba por el lugar me detuvo, y tras iniciar una charla mencionó el por qué las cartas no habían llegado –disculpe lo de las cartas, ha sido un error de la oficina, han archivado directamente las cartas de todas las personas de la calle, todo ha sido culpa de un novato-; tras terminar la charla con él me despedí cortésmente y por fin entré a mi casa, tomé una taza de café y me senté en la mesa de la cocina, pero en poco me levanté de golpe al leer el contenido de las cartas… era.. Era algo demasiado fuerte para mí.
Cada carta, cada maldita carta que hablaba sobre muerte venía a acompañada de fotos, de unas malditas fotos que respaldaban el texto, de las fotos más grotescas que he visto en mi vida



29 de octubre 2019

Ani Thomson 

Buen día doctora, lo he comprobado de nuevo, la humanidad es estúpida por naturaleza, pero, como reacción equivalente ante tanta insistencia le seguiré escribiendo, pero no me haré responsable de lo que suceda y menos de los traumas que queden en su ser, si está de acuerdo con ello no mande respuesta alguna a esta carta, de mandarla entenderé que finalmente ha aceptado el dejarme tranquilo.

Atte. El creyente de la muerte




30 de octubre 2019 
Ani Thomson 

La vida es muy corta ¿no lo cree? 
Hay ocasiones en que no dura ni un parpadeo, veces en que la muerte resulta tan repentina que no hay nada por hacer, nada para evitarlo.
Hoy me he cruzado en el camino de regreso de la escuela con un perro, se veía aún cachorro, pero no dejaba de ladrarme, creo que tenía hambre o algo así, llegó el momento en donde me desesperé y lo terminé pateando, aquella escena quedó grabada en mi mente, el perro rodando hacia la carretera para finalmente ser arrollado por un auto…

Sabe doctora, fue algo hermoso 

Atte. El asesino de animales 



15 de noviembre 2019 

Ani Thomson 

Mientras nuevamente regresaba de la escuela, me topé con un grupo de chicos que estaban molestando a un perro que carecía de una pierna trasera, en poco uno de esos chicos se arrepintió de lo que estaba haciendo y fue a defender al indefenso animal, pero yo le lancé una piedra, y pronto el resto de chicos también lo comenzaron a hacer, no pude quedarme a ver, pero creo que quien defendió el perro terminó en el hospital, aunque hubiera sido más divertido que hubiera muerto.

La vida es corta, no hay suficiente tiempo para vivirla ni tiempo para vivirla, ni tiempo para sentir remordimiento por lo ya hecho

Atte. El hombre sin culpa. 



25 de noviembre 2019 

Ani Thomson 

Sabe doctora, en esta semana he tenido oportunidad de asesinar y hacer sufrir a decenas de animales, pero… perros, aves, gatos, peces… desgraciadamente no puedo hablar con ellos, no puedo saber que tanto están sufriendo, pero… ¿Qué pasaría si en lugar de esos animales le hiciera exactamente lo mismo a un humano? ¿Qué pasaría doctora? 

Atte. El filósofo de la muerte 



6 de diciembre 2019 

Ani Thomson

Hoy le he ayudado a mi madre a cocinar, tras picar la aun ensangrentada carne tomé el cuchillo entre mis manos y me acerqué lentamente a mi madre, mientras a su vez no dejaba de preguntarme lo que sería asesinar a un humano, pero por desgracia mi padre llegó temprano ese día, llegó justo antes de que pudiera despejar mis dudas, que lastima, será en otro momento. 

Atte. El casi asesino



15 de diciembre 2019

Ani Thomson 

Recuerdas que hace tiempo te hablé acerca de una chica, ella es muy hermosa, sería una lástima que alguien más la asesinara, ¿no lo cree?; no puedo permitir que eso suceda.
La he invitado a salir mañana por la tarde, por suerte, ya tengo todo preparado. 

Atte. Alguien que no es humano



22 de diciembre 2019

Ani Thomson 

Lo ocurrido la semana pasada ha sido hermoso, y gracias a mi cuartada y que he escondido perfectamente el cuerpo, tengo la suerte de que nadie sospecha de mí, pero preferí escribirle un poco para contarle lo sucedido, pero bien, una imagen vale más que mil palabras ¿no?
No tengo como describir lo mucho que me han excitado sus gemidos, nunca pensé que se sintiera tan bien… 
Tan solo pude mandarle 4, espero poder enviarle más fotos pronto  

Atte. Jack el destripador 


Tras ver aquellas fotos ni siquiera lo pensé, salí corriendo de casa sin tiempo siquiera de tomar algo más que mis llaves y billetera, puse en marcha el auto y comencé a conducir hasta el aeropuerto, ya ahí, tomé el siguiente vuelo hacia la región en donde ahora se encontraba Axel, el trayecto fue eterno y a cada segundo no podía pensar más que lo peor, pero no podía permitir que esto siguiera pasando, no podía permitir que más personas salieran lastimadas, no podía permitir que Álister dañara a alguien más… ¿la policía?, bueno, en su momento no lo pensé, tan solo quería terminar con esto, terminarlo por mí misma, darle fin a todo…

Al llegar a la dirección de la cual venían las cartas me costó un poco encontrar la casa indicada, y a decir verdad, ahora me hubiera gustado no haberla encontrado….
Aquella escena… no creo poder borrarla de mi memoria, al menos no en algún tiempo… 

La casa se encontraba sumergida en un total silencio, como si ni siquiera un alma se encontrara cerca, eso hizo el ambiente cada vez más tenso… 
Tras recorrer sala y llegar a la puerta de la cocina el sonar del teléfono me hizo saltar asustada, actuando lo más prudentemente no tomé la llamada y dejé que la contestadora se encargara, al fin de cuentas yo era la intrusa en aquella casa, aún recuerdo lo que dijo aquel hombre por el parlante, y tras ello ya podía suponer lo que sucedía… 

- ¿Qué ha pasado John? ¿no piensas venir a trabajar?, si Cameron se da cuenta que no has venido a trabajar hoy te descontará el día, ¿todo está bien?... llámame

El padre de Axel no había ido a trabajar ese día, y a mi mente solo podía venir aquella carta… 

“Hoy le he ayudado a mi madre a cocinar, tras picar la aun ensangrentada carne tomé el cuchillo entre mis manos y me acerqué lentamente a mi madre, mientras a su vez no dejaba de preguntarme lo que sería asesinar a un humano, pero por desgracia mi padre llegó temprano ese día, llegó justo antes de que pudiera despejar mis dudas, que lastima, será en otro momento”

Sin duda alguna él estaba tras de todo esto, y al abrir la puerta de la cocina lo pude confirmar… 
Aquella escena no podía ser más grotesca… las paredes completamente manchadas de sangre… dos cuerpos destazados a cada extremo de la habitación, y en medio de la cocina se encontraba él, se encontraba Axel Álister sentado en el suelo y sujetando sus piernas entre sus brazos, las risas diabólicas que soltaba eran simplemente aterradoras, hacían estremecer el cuerpo como nada se le puede comparar.
El chico se puso de pie, sus manos y ropa aun goteaban la sangre fresca de sus padres, y mientras se acercaba a mí, él me dijo: 

- Ha llegado tarde, doctora

Lo dijo como si se estuviera burlando de mi… como si le pareciera divertido lo que estaba sucediendo… 
Sin más pensarlo, miré a mí alrededor en busca del objeto indicado, y tras tomar un cuchillo que se encontraba en el suelo corrí hacia él, la afilada hoja de metal terminó perforando su corazón, y pese a ello aún tuvo para pronunciar unas últimas palabras.

- Lo lamento (comenzó a decir el chico derramando lágrimas y cambiando completamente su expresión facial) yo no quería hacerlo, pero ellos, ellos me obligaron… pero.. gracias… cumplió su promesa… 
- Axel… ya todo ha terminado… 
- ¿Quiénes quieren lastimarte Axel? 
- Ellos… quienes nos observan… 
- ¿Ellos son malos?
- Algunos sí.
- Los que si quieren lastimarte, ¿Qué es lo que te dicen? 
- Me dicen que haga cosas horribles… 
- Cosas… ¿Cómo qué?
- Cosas como… lastimar a personas… 
- ¿Dónde están ellos? ¿están aquí ahora?
- Si, lo están, están en todas partes… están escondidos…
- ¿Dónde se esconden Axel?
- bajo las grietas…


- Muy bien Axel, has hecho un buen trabajo hasta ahora, solo dos pruebas más y ya podrás ir a casa. 
- Por favor, Ani… 
- Si, ¿Qué sucede?
- Yo… no quiero….
- ¿las pruebas?
- No, yo no quiero lastimar personas… 
- Tranquilízate, no lastimarás a nadie. 
- ¿puedes prometerme algo?
- Claro, ¿de qué trata? 
- Si yo llegara a lastimar a personas, si llegara a asesinar a alguien, ¿puede prometerme que será usted quien acabará con mi vida? 
- Pero… Axel… eso nunca sucederá.
- Puede ser… pero… necesito que lo prometa.
- Axel… 
- ¡prométalo! 
- Está bien, lo prometo… yo haré eso si tu llegaras a asesinar a alguien


No hay comentarios.:

Publicar un comentario