viernes, 11 de noviembre de 2016

Capitulo 17 y 18 | La Locura De La Culpa [creepy...historia]



puedes escucharla en: https://www.youtube.com/c/darkleyend (a partir del 18/11/2016)

XVll El ático (tercera parte)




- Puede que no sea dios, pero soy el rey en este juego de ajedréz, soy el que gobierna a todos.
- Muy bien cerebrito, si lo que dices es verdad, entonces dime, ¿Qué es lo que sucederá?
- Su compañero, el detective Meyer, entrará por esa puerta, pero cuando lo haga será ya demasiado tarde.
- Deja de decir tonterías

El detective se lanzó al suelo por su arma y tras disparar 5 veces a aquel hombre se incorporó.

- Vaya locura, pero tal parece que todo ya ha terminado.

Lentamente el detective se acercó al inerte cuerpo de aquel hombre, y tras verlo detenidamente, exclamó.

- Maldición, ¿todo este tiempo se trató de ti?
Era de esperarse… su vecino del departamento de enfrente era el verdadero culpable de este caso, pero, anteriormente te había interrogado Carter, y no encontró nada extraño en tu comportamiento, pero a decir verdad no me extraña que supieras fingir tan bien

En ese justo momento una mujer salió del departamento del fondo, caminando con cautela y algo temerosa, ella preguntó.

- ¿q-que es lo que está pasando?
- Tranquila señora, no pasa nada, vuelva a su casa, soy policía, todo está bien, ahora lo está.
- Pero, ese hombre está muer_

Repentinamente la mujer cayó desmayada a lo que inmediatamente White fue a su ayuda.

- ¿se encuentra bien señora? (preguntó el detective teniéndola entre sus brazos)
- Perdón, me desmayé horrorizada al ver a aquel hombre.
- Lamento haberla despertado, lamento haberla despertado.
- No se preocupe detective White.
- Espere, ¿Cómo sabe mi nombre?

La mujer acercándose lentamente al oído del hombre, le dijo al detective:

- ¿En verdad creíste que sería tan fácil?
- No… esto… esto no puede ser…

Con gran desesperación el detective corrió intentando alejarse de esa mujer, comenzó a subir piso a piso y durante su trayecto varias personas salían de sus hogares, pero tras de él, una a una caían rendidas al suelo, para nuevamente levantarse, pero aparentando ser ya otras personas, era como si… como si fuera poseídas al menos por un momento…
Al llegar al último piso y estar frente a la puerta de ático, escuchó un clic tras de él, e inmediatamente apuntó su arma hacia el lugar de donde provenía el ruido, y al ver a aquella mujer tras de él una sensación de alivio recorrió su ser.

- D-detective, (dijo la mujer extrañada y levantando la manos al no saber cómo reaccionar ante la situación) ¿se siente bien?; se ve algo agitado…
- Perdona, (el detective guardó su arma tras ponerle el seguro) es que… algo muy extraño está pasando en este lugar.
- ¿extraño? Por qué no pasa y me cuenta dentro.
- Está bien, aceptaré la invitación.

Sin mucho pensarlo, el detective entró al departamento de la mujer que vivía en la última planta, era más que notoria la confianza mutua que había, aun cuando White no conocía el nombre de dicha mujer.

- Ahora si Dylan, cuéntame que es lo que pasa. (dijo la mujer que tan solo vestía una bata cuando ambos se encontraban ya en el sofá de la sala.
- Bueno… es extraño, creí haber encontrado al asesino, creí haber encontrado al culpable, e incluso yo mismo terminé con su vida, pero… es como si estuviera enloqueciendo, como si todos fueran los culpables…
- ¿todos… los culpables?
- No sé cómo explicarlo, pareciera que son poseídos o algo similar.
- Vamos detective, cálmese, (la mujer tomó su mano y la puso sobre su regazo) seguramente está bajo mucha tensión, es solo eso.
- Usted… (preguntó White algo enrojecido e intentando no hacer contacto visual) ¿usted cree?
- Si, solo es eso… pero por favor, no me hable más de usted, (dijo la mujer acercándose cada vez más)
- Lo lamento, lo que sucede es que no conozco su… perdón, tu nombre.
- Bueno, al menos por eso no hay problema, me llamo Amy.
- ¿Amy?; un nombre bastante lindo…

Entre más era prolongada la charla, más se alejaban de la situación inicial, y el detective parecía notoriamente más calmado.

- Disculpe detective, traeré un poco de té.
- Está bien.

La mujer se levantó y fue a la cocina, al regresar tras varios minutos tomó nuevamente asiento junto al detective mientras le ofrecía una tibia taza de té.

- Espero que le guste, es una receta secreta de familiar

Con gran alegría el detective, aunque algo dudoso al principio, White sorbió el dulce líquido, el sabor era tan placentero, que de tan solo un trago terminó la taza.

- Vaya, veo que le ha gustado detective White.
- Si, a decir verdad estaba delicioso, el mejor té que he probado en mucho tiempo.
- Me alaga detective, no era para tanto, tan solo fue un poco de té, ¿gusta de más?
- ¡Claro!

Con el líquido de la jarra que recién había traído la mujer nuevamente llenó la taza del detective.
Todo parecía estar completamente bien, hasta que…

- ¿Cómo sigue su brazo detective?
- Bien, ya está mejor…
- Me alegra, ¿ya hablaron con Justin?
- Si, justamente de ese lugar vengo… espera un momento… ¿Cómo sabes de Justin? Además, la vez anterior que vine no tenía mi brazo roto, ¿Por qué preguntar como si ya supieras de el en lugar de preguntarle el que sucedió?
- Mmm… Vaya detective, ¿no tiene calor? Dijo la mujer mientras lentamente bajaba su bata.
- ¿p-pero…?  (decía el detective mientras algo dudoso se intentaba alejar) ¿Qué-que estás haciendo?
- Shh… (lo calló la mujer mientras se acercaba cada vez más) nada que no te vaya a gustar.
- P-pero… Amy!
- Tranquilo detective, está bajo mucha tensión, tiene que relajarse.
- N-no estoy seguro. (White se levantó del sofá apartó cuidadosamente a la mujer, y con una leve dificultad le cerró su bata)
- ¿A dónde va detective?
- tengo que ir al baño…

Con el primero que vino a su mente el detective salió de la sala y entró al baño.
Era más que notorio lo desesperado que estaba.
Viéndose al espejo el detective comenzó a decirse a sí mismo:

- ¿Qué estás haciendo White?
Esto no está bien, apenas y conoces a aquella mujer
Esto no está bien, estoy dejando por lado el caso, estoy haciendo las cosas mal, vamos White, ¡enfócate!
¿Por qué ella sabía de mi brazo y de justin?
Pero… pero sus curvas…
¡No Dylan!; ya detente.

Finalmente el detective se lavó el rostro y salió del baño con una mirada seria, decidida.

- Discúlpame Amy,  tengo que irme.
- pero detective… ¿tan pronto?
- Si, ya no puedo perder más el tiempo.
- Espere detective, (le pidió la mujer) espere tan solo unos segundos
- Lo lamento, tengo un caso que…

Mientras el detective decía aquello último, Amy miraba con una sonrisa aterradora el reloj de la sala, y al parecer, por algún motivo el detective no podía permanecer de pie.

¿Por qué me siento así?
Todo me da vueltas, mi pulso, mi pulso se acelera, ¿Por qué..?

- ¿Qué me pusiste en el café Ami?
- Nada detective, tan solo unas cuantas gotas Eszopiclona
- ¿Eszopiclona? Ese es un medicamento para dormir, disminuye la actividad cerebral, esto está mal… tengo que irme..
- Justamente eso hace, pero detective ¿cree que podrá irse tan fácilmente?
- Tengo que hacerlo, tengo que irme, antes… antes de que sea tarde.

Tambaleando y sujetándose de todo aquello que podía, el detective usando todas sus fuerzas salió de aquel lugar, llegó hasta la puerta del ático, y tras hurgar en su bolsillo pudo abrir la puerta con una de las llaves del juego que anteriormente estaba en posesión de Justin.
Tras entrar y sin siquiera poder cerrar la puerta el detective se cayó rendido al suelo.



Capitulo XVlll La verdad absoluta




- ¿nuevamente estas aquí?
- ¿Quién eres tú?
- ¿tan rápido te olvidaste de mí?; hace tan solo unos días hemos hablado. 
- Vaya, ya te recuerdo… entonces… ¿he muerto?
- No, yo diría que no, al menos no aún… 
- ¿Qué es lo que ha pasado?
- Nada en especial, tan solo te dormiste.
- ¿Qué es lo que aremos ahora? ¿Qué es lo que esa mujer quiere? 
- Decírtelo yo sería algo aburrido, mejor dedúcelo tú mismo. 
- ¿deducir que?
- Ami… ese nombre… ¿de dónde te suena? 
- Además de esta mujer… ¿te refieres a la hija de Meyer?
- No, no seas idiota, a alguien más. 
- ¿A quién? ¿de dónde conozco a otra Ami?
- Lo recuerdas, cuando eras niño… 
- ¿Qué sucedió cuando era niño?
- ¿Recuerdas el lugar en  donde vivías? ¿recuerdas por qué se mudaron? ¿recuerdas por que quisiste ser detective?
- Todo, es tan borroso… 
- En ese caso, si no lo puedes recordar será mejor que ya me marche de este lugar.

Un dolor de cabeza atormentó al detective, mientras a su vez escuchaba voces al parecer provenir de su mente. 


- 5 de febrero de 1985, cuerpo encontrado en el último piso del edificio
- Causa de muerte, asfixia
- Esto fue tu culpa Dylan, si nunca hubieras encontrado el cuerpo. 
- Tendrá que recibir ayuda psicológica, 
- Tenemos que mudarnos, este lugar no es seguro. 
- La policía no tarda en llegar.
- Esto no está bien, el medallón. 
- Chico, es imposible que ella estuviera viva cuando al encontraste.
- Deja de mentir Dylan. 
- Esto es una locura, yo no tengo por qué entrometerme. 
- El caso concluyó, y no se encontró a ningún culpable. 
- Este mundo está enfermo. 
- El no pudo ser, tan solo es un niño, tenemos que encontrar al verdadero culpable. 
- Tengo miedo… 


- ¡No! ¡Espera!... creo que ya lo recuerdo… 
En mi edificio, murió una mujer, yo encontré el cuerpo.
- Eso fue la causa de todo. 
- Es verdad, por eso nos mudamos, mis padres lo consideraron un lugar no seguro. Y por aquella escena me volví detective, porque no quería que nadie más muriera. 
- A eso no me refería. 
- ¿Entonces?
- Ese fue el comienzo, pero de este caso. 
- ¿De este caso? ¿pero de que mierda hablas?
- Ese edificio, las escaleras, el ático, ¿enserio no lo recuerdas?
- ¿Qué es lo que se supone debo recordar…?
No, esto no puede ser… este edificio, es el mismo… el mismo en donde yo vivía.
¿Qué es lo que debo hacer ahora?
- ¿recuerdas por qué todo este caos comenzó? ¿porque después de tantos años de su muerte ella ha regresado?
- El… ¡¿el medallón?!
- Entonces, ¿Qué es lo que esperas? Encárgate de esto, tú eres el único que puede hacerlo. 
- ¿Qué hay si fallo?
- Puede que pierdas, e incluso mueras, pero nunca sabrás si no lo intentas. 
- Está bien, creo que no tengo más opción. 
* camino al edificio de Denise *

- Vamos Dylan, ¿Qué mierda te pasa?; ¿Por qué no respondes?
Amigo, no me preocupes de este modo. 

Era más que notoria la desesperación en el rostro del detective.

- Amigo, tan solo espero que te encuentres bien, porque… si algo te sucediera, si volviera a pasar, no sé qué sería de mí.

* En el ático del mismo edificio * 

- ¿Dónde… estoy?
- Veo que ha despertado detective, (dijo Ami mientras a su vez no dejaba de frotar suavemente su cuerpo contra el de White) 
- ¡Quítate de encima!
- Usted es muy aburrido detective. 

Tras levantarse la mujer, Dylan esperó un momento, dio un respiro, e intento también ponerse de pie. 

- Pero… ¡¿Qué mierda sucede?!
- ¿Qué pasa detective? (preguntó la mujer con tono burlón) ¿Por qué no se levanta? 
- ¿Qué-Qué fue lo que me hiciste? (preguntó temeroso el detective cuyos labios y lengua era lo único que podía mover)
- Bueno, (la mujer se acercó lentamente a él, dejó reposar su busto sobre el pecho del detective, y estando justo frente a él, mirándolo a los ojos, y dejando deslizar sus dedos por los labios de Dylan la mujer continuó diciendo) en realidad hicimos muchas cosas, por algo tienes el cinturón desabrochado, pero tú no te refieres a eso ¿verdad?
- De-déjate de juegos (White intentó apartarse, pero no le era posible nada más que apartar la mirada) ¿Por qué no puedo moverme? 
- Bueno, dejando por lado las cosas aburridas y nada excitantes, solo digamos que paralicé tus músculos temporalmente. 
- ¿Por qué…?
- Para que no te movieras mientras yo me divertía un poco.
- No, ¿Por qué has hecho esto… todo esto?
- ¿por qué? (alegó la mujer con un tono de superioridad, poniéndose en pie y separándose del detective) eso deberías preguntártelo tú. 
- Cumplí lo que me dijiste, escondí el medallón, ¿Por qué hacerle esto a Denisse, Justin, y a Cedric?
- ¿Qué no es evidente? 
- No, no lo es. 
- Entonces creo que no tengo más que decirlo. 
Porque no hiciste un buen trabajo escondiéndolo, porque alguien más lo encontró.
- Pero… ya veo… eso fue lo que me dijiste, que nadie lo encontrara, o de lo contrario las consecuencias serían fatales…
- Has tardado mucho tiempo en notarlo, creo que ya es muy tarde. 
- ¿tarde para qué? 
- Para esto. 

Tras aquellas últimas palabras, Dylan White miró su mano aquella que era la terminación de aquel brazo roto, el cual por cierto ya no tenía inmovilizador alguno puesto; y justo en ese momento una mirada del peor terror se plasmó en su rostro, el terror naciente de ver aquel viejo medallón en su mano, aquel terror causado por ese medallón de plata. 

- ¡Pero que mierda!
- Tranquilízate Dylan, permanece calmado hasta que él llegue.

Recurridos tan solo unos segundos, por la puerta de aquel vieja y desgastado ático el detective Meyer, sudoroso y cansado, pero más que todo preocupado por su querido amigo y compañero. 
Lo siguiente sucedido, me gustaría no contarlo, pero como narrador de la historia lo tengo que hacer, pero si eres una persona sensible, te pido por favor que saltes esta parte. 
A gran velocidad y tras notar que aquel medallón se encontraba en la mano de su compañero, el detective Meyer corrió hasta donde se encontraba Dylan, justo en la pared de fondo, pero, a mitad del camino, como si de una extraña fuerza se tratase, Cristopher resbaló, pero antes de caer al suelo, su compañero, Dylan White lo sujetó del cuello con la correa del medallón, él no quería hacerlo, pero, por alguna extraña razón pudo mover su cuerpo, pero no a voluntad y por algún motivo, podía mover sin mayor problema ambos brazos, como si no sintiera dolor…
Tras varios minutos de una dolorosa estrangulación, finalmente, Cristopher Meyer cayó rendido al suelo, sin más vida dentro de su careciente cuerpo.
Marcas rojas con toques morados quedaron grabadas tanto en el cuello de Meyer como las de Dylan, manos manchadas de sangre, de la sangre de su compañero.

Después de eso, Dylan nunca volvió a ser el mismo. 

























- Deja de decir tonterías Dylan, tus huellas se encontraban en el lugar y las de nadie más, tus huellas estaban en el arma homicida, has sido tu quien lo ha asesinado.
- ¡No! ¡aquella mujer! ¡Fue ella!
- Deja de insistir con eso, nadie te cree esa tontería de que fuiste poseído. 
- Pero… esa es la verdad… 


- ¿Cómo fuiste capaz de hacer esto Dylan?
- Cristín, ya te expliqué, yo no fui quien lo hiso. 
- Si te he venido a visitar a este lugar, es solo porque eras amigo de Cristopher, pero creme que nunca te perdonaré que lo hayas asesinado. 
- tú tampoco me crees ¿verdad?
- ¿Cómo se supone que deba creerle a un asesino?
En un principio Ami también quería venir, pero… cuando le conté por que estabas en este lugar, no quiso ni siquiera verte.


- Jefe, por favor… no puede dejarme en este lugar…
- Lo lamento, eres uno de mis mejores detectives, pero todo está en tu contra, todas las pruebas te sentencian, no puedo hacer nada por ti.
- Pero jefe Okawa…
- Lo lamento….



























- Has escrito sin duda una gran historia Dylan… (levantándose de la silla de aquella habitación completamente blanca)
- Gracias Cristopher… y… lamento haberte metido en ella. 
- No tienes de que preocuparte, pero… esta no ha sido una historia ordinaria, ¿o si Dylan?
- Me imagino que ya has sacado tus conclusiones…
- Así es… (el detective dio vuelta, y dejando las hojas en el asiento mientras a su vez dejaba posar sus brazos sobre el respaldo de la misma silla; continuó diciendo mientras miraba a Dylan) esta historia, no se trata de algo ordinario, es lo que le ha sucedido a tu amigo, a tu compañero. 
- Es justo lo que me pediste, que te contara la verdad. 
- Y a decir verdad nunca pensé que me escribieras toda una historia sobre ello, y menos aún que en lugar de tu compañero -Will Butler-, además de eso, se hace referencia en la historia a un Dylan futuro, a un Dylan que ya ha salido de este lugar, es por ello que la historia tenía unos cuantos detalles diferentes, pero a grandes rasgos trata de lo mismo sucedido. 
- Oye… Cristopher… (dijo White apartando la mirada)
- ¿si? ¿Qué pasa Dylan?
- ¿En verdad yo lo asesiné?
- No, te estas dejando llevar por lo que el resto dice… a mí me sucedió algo muy similar, y aun hoy tengo pesadillas y despierto preguntándome en donde estará Sam, pero… justo por eso te creo, porque yo mejor que nadie sabe por lo que has pasado. 
- Pero tú no asesinaste a tu compañero. 
- Puede que no lo haya hecho con mis propias manos, pero en cambio, si lo hice, o por lo menos mis acciones llevaron a eso. 
Dylan… escucha atentamente… cuando escribiste esto… pude notar que al menos por un momento te pudiste olvidar de todo, de este lugar, de tus problemas, incluso en ocasiones de que yo me encontraba aquí. 
- ¿Cuál es tu punto Meyer?
- Que quiero que lo vuelvas a hacer, quiero que lo sigas haciendo… quiero que vuelvas a escribir y no pares de hacerlo, al menos mientras sigues en este lugar, te prometí que te sacaría de aquí, pero mientras eso sucede…. Bueno, nadie cuerdo podría soportar un confinamiento como este. 
- Deja de decir tonterías (alegó algo irritado White mientras se recostaba en su cama) es justo por ello que estoy en este lugar, si estuviera cuerdo no me encontraría atrapado en esta habitación. 
- ¡Dylan! (con un fuerte empujón Meyer apartó la silla que se encontraba frente a él, se acercó a la cama y levantando a Dylan por el cuello de la camisa que tenía puesta, continuo diciendo) ¡el que está diciendo tonterías eres tú! ¡no puedes dejarte llevar por lo que el resto diga! (Dylan tan solo apartaba la mirada) 
- Pero… yo lo asesiné… esto ha sido mi culpa… culpa mía… todo… 
- (Dejándolo caer bruscamente en su cama y tras tranquilizarse, Meyer comenzó a decir) Dylan… si tu cerebro se encontrara conectado a un computador, y todo lo que crees ver y sentir fuera generado por este, ¿habría forma de saber cuál es la realidad?
- No, porque la realidad tan solo son impulsos eléctricos que recibe nuestro cerebro.
Pero… ¿a qué viene eso?
- A que no puedes dejarte llevar por lo que el resto diga o lo que las pruebas apunten, lo único que importa es la realidad que hay dentro de tu mente, aquello que tú crees.
- Ya veo… quieres que siga escribiendo ¿no es así?
- Si, justamente eso quiero…
- Bien, porque lo haré… pero dime algo, ¿seguirás viniendo?
- Si, lo haré hasta cumplir mi promesa, pero el venir no es suficiente, acompañarte durante una hora no basta para mantener tu cordura, es por ello que quiero que escribas... además de que es notorio el gran talento que tienes para ello. 
- Entiendo… y como ya te dije, sin duda alguna lo haré… creo que ya es tiempo de que te vayas Meyer, tu esposa estará preocupada por ti.
- ¿acaso me estas confundiendo con el Meyer de tu historia? Ami y Cristín son la familia de tu compañero, no la mía. 

White tan solo respondió con una sonrisa y un silencio cálido. 
Tras segundos de silencio Meyer salió de aquella habitación en el psiquiátrico “ADERSWILL”, dejando tras de sí una vida olvidada, una vida perdida, pero teniendo los brazos abiertos ante su futuro compañero, ante Dylan White, y todo aquello que le depare el destino. 








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