lunes, 25 de abril de 2016

Te Seguiré Siempre (creepypasta)


te 

seguiré 

siempre... 

puedes ESCUCHAR la historia en: https://youtu.be/z8g9dxOhbx0 ( a partir del 26/06/2016)

Muchas veces he escuchado decir a otras personas que el miedo es el peor sentimiento que ha conocido la humanidad, y he comprobado por mí mismo que eso es verdad, verdad en su totalidad, pero existe una cuestión que a lo largo del tiempo ha causado intriga en muchas personas, ¿Qué es… a lo que le tememos?
Muchos han dicho que es a la muerte misma, incluso mi mejor amigo de la universidad lo llegó a decir alguna vez, sin embargo, hoy me doy cuenta que eso no es más que una mentira, la humanidad no le teme a la muerte, a lo único que tiene miedo es a lo desconocido, a aquello que se encuentra fuera de su comprensión o conocimientos, a lo que desconocen de aquello que es diferente… la humanidad no le teme a la muerte, nunca lo ha hecho en realidad, simplemente le teme a lo que no conoce de lo que hay más allá; algunas personas creen en un paraíso, otras en un abismo, y otras simplemente en la nada, en que después de la muerte no existe nada, pero, pese lo que piensen  lo único concreto  es que no sabemos la verdad y posiblemente nunca la conoceremos.

Yo más que nadie he experimentado el peor de los miedos, el miedo de que, pese a saber lo que pasará no poder hacer nada para evitarlo… ser una total incógnita su rostro y el porqué de esto… ¿Por qué ha pasado?... ¿Por qué un simple escritor como yo que no hace mal a nadie ha tenido que sufrir esto?... tal vez… tal vez nunca tenga la respuesta ante ello.

Todo comenzó años atrás, cuando recién me había graduado de la universidad, había estudiado filosofía pese al poco apoyo de mis padres, ellos siempre me dijeron que esa carrera no me serviría de nada, que no tenía futuro, sin embargo yo tenía un talento nato para escribir, mis extensas y fantasiosas novelas habían sido más que suficiente para financiar mis estudios, y de manera honorifica me gradué por mis propios méritos, pero… aquella noche, nunca, nunca la podré olvidar, aquella primera vez…

Tras ver el ocaso por mi ventana cautivado por sus rojizos y resplandecientes colores, decidí quedarme hasta tarde trabajando en mi más reciente novela, pero entonces, algo extraño sucedió, el sonar del teléfono de la vieja casa me interrumpió de mi extensa sesión de escribir, pese a lo extrañado que estaba fui a tomar la llamada,  pero mientras caminaba por el corredor no dejaba de preguntarme quien podría llamarme a mí, había hablado hace apenas días con  la editorial, definitivamente no eran ellos, además, nunca fui una persona muy sociable y mucho menos era apegado a mi familia, simplemente no podía pensar en una persona que pudiera hablarme más que mi amigo jorge de la universidad, pero yo estaba en contacto con él por medio de correo, lo cual hacía poco probable que el fuera quien estaba llamando. 

Al llegar a la cocina y levantar la bocina del empolvado teléfono, y… lo que escuché estremeció mi ser, una agitada respiración era lo único que podía escuchar por el parlante, una respiración llena de odio que con tan solo escucharla era imposible no temer. Aterrorizado, colgué el teléfono e intentando calmarme, nuevamente me dirigí a mi sala de trabajo, pero antes de siquiera poder tomar el lápiz de nuevo el teléfono me interrumpió, con la esperanza de poder escuchar sonidos ordinarios en esta ocasión fui nuevamente a responder, pero lo sucedido fue aun peor que la vez anterior, escuché los dolorosos gritos de al parecer una persona siendo torturada, el estremecedor ruido me dejó paralizado; segundos después y cuando los gemidos cesaron estaba completamente dispuesto a colgar el teléfono, pero justo en ese momento aquella voz… una voz gruesa y profunda me dijo: 

- ¿Quieres que juguemos?

Nuevamente invadido por un profundo terror colgué el teléfono, se lo que estás pensando, ¿Por qué no di parte a la policía en este momento?; bueno, es porque creí que solo se trataba de algún idiota intentando jugarme una broma, sin embargo, en esta ocasión decidí desconectar el teléfono para evitar tener más interrupciones, de igual modo desconecté el resto de teléfonos de la casa aunque esto me tomó bastante tiempo por lo grande que era esta y la distancia de la que se encontraban un teléfono de otro. 

Finalmente el teléfono había dejado de sonar y ya podía trabajar cómodamente en el proyecto presente, pero no fue sino hasta llegada la media noche que algo de suma extrañeza sucedió, justamente al marcar el reloj de mi computador 00:00 el teléfono de la cocina nuevamente sonó, - ¿cómo es esto posible si ya los he desconectado?- me pregunté a mi mismo con gran desconcierto; el único teléfono que emitía sonido era el más cercano, el de la cocina, pero también era el primero que recordaba haber desconectado. 
Sin más opción y fastidiado por aquel incomodo ruido provocado por aquella fastidiosa persona que no dejaba de llamar, a las 12:15 y creyendo que simplemente no lo desconecté bien, me levanté de la silla y decidí tomar la llamada.
La fría estática no me permitía escuchar nada, pero en poco esta se esclareció pudiendo escuchar nuevamente aquella inquietante voz.

- ¿Por qué me has colgado el teléfono? ¿acaso no quieres jugar? 

A manera de respuesta, le pregunté de manera impulsiva y con tono de voz titubeante

- ¿Quien…? ¿Quién mierda eres? 

Aquella persona solo se rio de mí, pero no de una manera habitual, contrario a ello era una risa casi diabólica; fue en ese momento, justo en medio de su risa que una aterradora y aquella familiar sensación recorrió mi cuerpo; -¿Cómo es esto posible?- me pregunte a mí mismo al percatarme que el teléfono se encontraba desconectado, no había línea alguna por medio de la cual estuviera realizando aquella llamada.

- Ya lo notaste ¿cierto?

Dijo aquel hombre callando de golpe su risa, fue como si supiera que había notado el cable desconectado, como si me estuviera observando. 

- ¿Qué es lo que quieres? (le pregunté)
- Tan solo quiero jugar un poco, sabes, estoy muy aburrido, no hay mucho que hacer.
- ¿ju-jugar? ¿a-a qué? (no podía evitar temblar ante sus siniestras palabras) 
- Jugar… al HOMICIDIO

El escalofrió que recorrió mi cuerpo me hizo soltar el parlante e ir corriendo a mi sala de trabajo, con dificultad por mis manos temblorosas saqué las llaves de mi bolsillo, cerré la puerta pasando el cerrojo. 
El encontrarme encerrado en el lugar que más conocía de la casa pudo calmarme en poco tiempo, sin embargo aquella noche no pude conciliar el sueño, pero a la mañana siguiente, arrullado por los acogedores y tenues rayos del sol terminé por dormirme, y al despertar nuevamente había anochecido. Me levanté adolorido del asiento, vi la hora en el reloj del computador, eran las 8:30 pm, llevaba muchas horas durmiendo; ya olvidado lo sucedido la noche anterior decidí salir a comprar víveres, pero, como si estuviera asechándome, cuando salí de la casa una persona me tomó por sorpresa, puso un pañuelo en mi rostro mientras me metía por la fuerza nuevamente a la casa, opuse resistencia hasta cuando pude, pero por respirar aquello con lo que el pañuelo se encontraba empapado terminé por desmayarme…
Al despertar me encontraba encadenado dentro del sótano de mi propia casa, en aquel lugar al cual pese a los dos años que tenía viviendo en esa casa solo había bajado un par de veces; intenté liberarme pero todo intento fue en vano, las cuerdas que me tenían amarrado a aquellas oxidadas tuberías no me dejaban moverme siquiera un poco, mi torso se encontraba atado con una gruesa cuerda al tubo principal, mientras que mis brazos se encontraban encadenados a dos tubos que se dirigían a extremos opuestos. 

Pude ver frente a mi aquella silueta robusta con una máscara completamente blanca únicamente con dos ranuras en la parte de los ojos y dos orificios ovalados en la sección de la boca, mientras lo veía pero aun aturdido y sin poder escucharlo no dejaba de preguntar me una y otra vez porque aquella mascara me parecía tan familiar, y donde fue que la había visto…

Estando ya en mis 5 sentidos miré mi mano, y fue entonces cuando lo noté, tan solo tenía 4 dedos,  y un gran charco de sangre corría desde mi mano hasta el suelo, definitivamente, él lo había hecho. 

- Veo que has despertado.

Dijo el extraño hombre al notar que intentaba libérame.

- Perdona lo de tu mano, simplemente no me pude contener, pero ya que has despertado es tiempo de divertirnos juntos
- Eres un monstruo, ¿Por qué me has hecho esto? 
- ¿Estás seguro que yo soy el monstruo aquí… pequeño Dave?

Aquel hombre me conocía, incluso sabía cuál era mi nombre, pero él seguía siendo un completo extraño para mí.
Pocos minutos después, aquel hombre caminó lentamente hacia mí, con un cuchillo en su mano, por más que grité, por más que supliqué con agonizantes gritos de dolor, él no se detuvo, y nadie vino a mi ayuda… uno a uno aquel hombre amputó los dedos de mi mano izquierda, los amputó casi en su totalidad, lo hiso de tal modo que parecieran amputados de un solo golpe, pero era horrible el como lo hacía… con un fuerte impulso clavaba en cuchillo en el hueso y con un gran tirón destrozaba la parte restante de este, el dolor, el dolor era indescriptible….

Cuando la agonía terminó aquel hombre salió del sótano subiendo las escaleras, intenté tranquilizarme, y cuando finalmente lo había logrado escuché un ruido provenir de los tubos, y segundos más tarde el agua hirviendo corriendo por los tubos quemó mi espalda, el dolor que sentía en ella era casi tanto como el de mi mano, era más que evidente lo mucho que el disfrutaba mi sufrimiento.
Desde ese punto me desmayé, al despertar me encontraba en una cama del hospital, mi mano estaba vendada y tenía un fuerte dolor de cabeza, no pasó mucho desde que desperté para que la policía me interrogara, pero hablar con ellos solo fue una pérdida de tiempo, hubiera sido mejor no decirles nada…
Les conté todo lo sucedido, pero simplemente no me creyeron, de algún modo aquel hombre no había dejado rastro alguno, todo se había esfumado, no encontraron ni una sola prueba, ni un solo indicio de una segunda persona en el sótano, desesperado, intenté mostrarles las heridas de mis muñecas y torso, pero ya no estaban, no tenía ni idea de cómo todas esas marcas y aquella quemadura se habían esfumado, pero así fue; me aferré tanto a mi versión de la historia que en poco fui obligado a recibir ayuda psicológica…

- ¿Dave cierto?
- Así es doctora…
- Ya veo… ¿quieres contarme que fue lo que sucedió?
- No
- ¿Qué? ¿por qué?
- No tiene caso hacerlo, nada es verdad.
- ¿a qué te refieres con que nada es verdad? 
- Solo pasó que… me rebané los dedos por accidente con una herramienta mientras estaba en el sótano, y me inventé una historia en mi mente de lo que pasó.
- Y… ¿eres bueno para inventar historias?
- Soy escritor, novelista para ser exacto...
- Entiendo… te encontraron en el sótano de tu casa, había mucha sangre y tu habías perdido todos los dedos de tu mano izquierda, ¿Qué hacías en ese lugar?
- Fui a arreglar la caldera, pero sufrí un accidente con la herramienta.
- Entiendo… bueno… de cualquier modo necesito que vengas un par de veces más.
- Está bien doctora, ¿ya puedo irme? 
- Si, ve a casa y descansa un rato, cuida mucho de esa mano.

Yo sabía perfectamente que todo lo que dije no era verdad, todo era una mentira, pero si algo había aprendido escribiendo es que esto ya no tenía salida, me encontraba acorralado, mientras no tuviera alguna prueba nadie me creería y si seguía firme en lo que decía terminaría en un manicomio en el mejor de los casos, si, definitivamente había hecho lo mejor. 

Regresé a casa dudoso de siquiera abrir la puerta por más que intentaba controlar me era imposible, mis manos temblaban como nunca lo habían hecho. 
Cuando finalmente abrí la puerta y decidí entrar fue un alivio poder poner un pie en la casa sin ser agredido, pero no pude permanecer tranquilo sino hasta revisar toda la casa lo cual hice portando un bate en mi mano, después de asegurar las ventanas y cuando tenía la certeza que no había nadie en la casa más que yo, pude sentarme tranquila y cómodamente a escribir. 

Actuando lo más lógicamente posible me mudé de casa, me fui lo más lejos que pude con intenciones de nunca más volver, había rentado esa casa por lo grande y cómoda que me parecía y sobre todo por su bajo coste de renta al ser una casa tan vieja, al mudarme tuve que conformarme con algo más pequeño pero eso no importaba siempre y cuando estuviera bien. 

Días, semanas y meses pasaron, y aquel trágico accidente parecía haber quedado enterrado en el pasado pero no fue, sino hasta un año después incluso encontrándome a cientos de kilómetros, que eso sucedió.
Nuevamente, el teléfono sonó, ya había pasado tanto tiempo que en ningún momento pasó por mi cabeza la posibilidad de que el fuera quien se encontraba tras el teléfono; me acerqué con tranquilidad y levanté el parlante creyendo que era nuevamente la editorial presionándome para terminar el libro pero mi sorpresa y asombro fueron indescriptibles al escuchar aquella voz. 

- Es la décima vez que hablan, ¡ya les dije que yo les llamaré cuando termine!
- Parece que has tenido un día atareado, me alegra que aun puedas seguir escribiendo con una mano, justo por ello me aseguré de dejar intacta la derecha.
- Eres… ¡eres tú de nuevo! (exclamé)
- ¿Te da gusto escucharme Dave? ¿Qué te parece si jugamos de nuevo?

Definitivamente se trataba de él, era el único que sabía lo de mi mano, ni siquiera la editorial estaba consciente de ello…

- ¡No!, ¡no dejaré que me lastimes otra vez!

Colgué el parlante, y con intenciones de salir por la ventana de la casa corrí hacia mi habitación, pero ya era demasiado tarde, aquel hombre saltó y me sujetó por la espalda, y nuevamente toda la resistencia que pude oponer no fue más que una pérdida de tiempo, nuevamente… todo en vano.

No recuerdo que fue lo que sucedió, tal vez auto suprimí los recuerdos de mi mente, o tal vez estuve inconsciente todo el tiempo, pero al despertar ya no tenía mi pierna derecha…
Detectives me interrogaron mientras que yo hice todo lo posible por no ceder dato alguno, los convencí de que todo había sido un accidente, y según me dijeron las pruebas en la casa indicaban justamente eso, que había sido yo quien se rebanó accidentalmente la pierna con la sierra. 

Ya ha pasado tiempo desde aquel último incidente, y a decir verdad no lo he podido olvidar, ¿alguna vez has sentido lo que yo? ¿Has sentido lo terrible de no poder salir siquiera de tu casa por miedo?.... pero… no le tengo miedo a morir, le tengo miedo a lo que él me pueda hacer, a todo lo que desconozco que está en su mente, miedo… miedo es lo único que puedo sentir… miedo…
Quisiera saber que hay más allá de la muerte, y creo ya es tiempo de partir, pero, tengo miedo, miedo de que no exista nada, de que sea el final de todo, y es justamente por ese miedo que soy incapaz de terminar con mi vida… solo espero que el termine con esta agonía, esto es algo que ya no puedo soportar,  ¿Sabes por qué te escribo esto no es así?
Es por qué… el día que perdí mis dedos, el día cuando perdí mi pierna, fue justamente en esta fecha, por algún motivo, cada año el vuelve, y no dudo que en cualquier momento el teléfono sueñe
La siguiente nota, fue encontrada bajo la cama del sospechoso, gracias a ella fue abierta una línea de investigación en busca del asesino, sin embargo, ya han pasado años de esto y hasta el momento él nunca ha sido encontrado…

Ha sido grato el tiempo en el que hemos estado jugando juntos, y sobre todo ha sido un verdadero placer interpretar a uno de los más icónicos personajes que has creado, ¿Qué por qué hago esto?; simple, mis acciones son guiadas por los mismos motivos que Jill Foster, porque uno de tus textos enloqueció a mi hermano, 
Es irónico ¿no lo crees? El como la ficción ha saltado a la realidad, el cómo tú has escrito tu propio final, y sobre todo, el cómo tu primer libro, tu comienzo como escritor, de igual modo, se el final de todo. 

Se despide tu querido amigo, Jill Foster, no me queda más que buscar otro papel para interpretar.

Por tu familia, tus amigos, y todo aquel que lea esta carta, créeme, no tienes de que preocuparte, ellos estarán mejor que nunca, porque los buscaré y haré que por la fuerza te acompañen en tu destino, así que…
Ten cuidado con la siguiente llamada telefónica que recibas, podrías llevarte una agradable sorpresa…


MIRAR MAS HISTORIAS EN: https://www.youtube.com/c/darkleyend

2 comentarios:

  1. ¿Tú escribiste esta creepypasta?
    Es interesante.

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    1. sipi
      a eso dedico mi canal, y para no desperdiciar el texto he hecho este blog

      por cierto, ya ha dejado el link para ver el video de la historia ;)

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